Mamás del mundo: este domingo es vuestro día. Aunque no debería ser así, puesto que todos los días del año deberían estar dedicados a vosotras. ¿Por qué?
Porque sois la primera persona a la que conocemos al nacer, y desde entonces ya no queremos separarnos de vosotras.
Porque en lo bueno, sois las mejores, y en lo malo, las primeras, en ayudarnos y apoyarnos.
Porque no importa las veces que os hagamos enfadar, vuestra paciencia no se agota y siempre tenemos vuestro perdón.
Porque aunque seamos torpes, vosotras nos haceis ver que somos los mejores.
Porque aunque no apreciemos vuestros consejos, son los que realmente nos ayudan a crecer y caminar por el duro sendero de la vida.
Porque nos dais la vida y además, renunciais a la vuestra por cuidarnos.
Y porque sois la expresión más dulce, viva y pura del amor.
Recibí hace tiempo un email que decía que madre sólo hay una porque nadie soportaría el dolor de perderla dos veces. Yo, gracias a Dios, no he pasado por ese duro golpe, pero amigos míos que sí lo han sufrido dicen que es algo devastador, pero, que de algún modo, sienten su cariño cerca, aunque ya no estén.
Yo me considero una chica normal, porque la vida, a pesar de mi edad, me ha hecho sufrir, pero también me ha dado cosas buenas. Siempre me he considerado poco afortunada con todo lo que tiene que ver con el azar, desde las preguntas de un examen hasta los resultados de las quinielas. Pero creo que sé porqué: por la madre que tengo, por cómo nos ama, nos cuida, y cómo ha luchado por nosotras, para que seamos las mujeres que hoy mi hermana y yo somos. Y porque está ahí, siempre que la necesito, incluso antes de que me dé cuenta de que la necesito. Por eso, sé que soy muy afortunada, porque en la ruleta de la vida, ella me tocó como madre. Te quiero, mamá. Siento no decirlo más a menudo, y siento no poder estar contigo en este día, pero ya lo celebraremos cuando vaya, porque cada día debería ser tu día. Vuestro día. FELICIDADES